viernes, 20 de marzo de 2015

A 7.000km de Stamford Bridge

En general, el Ártico ruso no pasa por su mejor momento. A principios del siglo XX, con la llegada al poder del comunismo en Rusia, se forzó a todas las poblaciones del Ártico, Nenets, Chukchi, Yakutia, yupik,... a convertirse en sedentarias, colectivitzar y demás paranoias soviéticas. En resumen, fueron obligados a dejar su estilo de vida tradicional para pasar a formar parte de las masas proletarias. Evidentemente, esto no se sostenía por ningún lado porque, si los Nenets eran pastores de renos nómadas en un entorno con inviernos a -45º, era pura y simplemente por adaptación al medio. Las nuevas ciudades soviéticas en el Ártico se podían mantener o bien porque había una explotación minera, una base militar o porque el lugar tenía "importancia geoestratégica" durante la guerra fría.




Pero cuando la Unión Soviética colapsó, las explotaciones mineras dejaron de ser rentables, las bases militares no se podían mantener, y en cuanto a la "importancia geoestratégica" se puede decir que, ni era "importante" ni siquiera había "estrategia". Así pues, todas estas poblaciones se vaciaron de gente, y los que se quedaban lo hacían rodeados de miseria y crisis. Las comunidades nativas habían, en muchos casos, olvidado las formas de vida tradicionales, y no podían recuperar un estilo de vida que les hubiera permitido subsistir en un entorno tan extremo.



Hay, sin embargo, una zona del Ártico ruso que ha podido invertir esta tendencia de manera un tanto rocambolesca; y justamente es la más lejana y remota, y también una de las más frías: El Distrito Autónomo de Chukotka .

Chukotka es el distrito más oriental de la Región Siberiana llamada Región del Extremo Oriente. De hecho es la punta de Rusia que se encuentra mirando a Alaska, sólo separada por el Estrecho de Bering y, por tanto, a unos 30km de territorio Norteamericano. Para que os hagáis una idea, Chukotka está a mucha menos distancia de San Francisco o Los Ángeles que de Moscú.


La gente de etnia Chukchi son los habitantes originales de la región. Aunque a primera vista podrían parecer parientes de los Inuits (los mal llamados esquimales), no tienen nada que ver ni genéticamente ni culturalmente. El idioma Chukchi es uno de los llamados idiomas Paleo-Siberianos ya que se sabe que están en Siberia desde tiempos inmemoriales, pero no se conocen ni el origen ni el parentesco. Ahora, sin embargo, los Chukchi no son mayoría en su tierra, ya que la emigración de rusos (entre otras etnias) durante la época soviética convirtió los Chukchi en una minoría.


En la actualidad, entre chukchis, rusos y todos los demás, apenas llegan a los 51.000 habitantes para poblar una región que es tan grande como Francia y Gran Bretaña juntas! De ellos, casi 15.000 viven en la capital, Anadyr, y el resto se reparten por unos cuanto pueblos aislados. El problema de vivir en un entorno donde durante 6 meses al año puedes tener temperaturas por debajo de los -30º es que las infraestructuras son muy difíciles de construir. Es por ello que en Chukotka, prácticamente no hay carreteras, y todos los movimientos se realizan en avión. Incluso para ir desde el aeropuerto de Anadyr hasta el centro de la ciudad no hay carretera como tal: durante el verano se cruza el río con un ferry, y durante el invierno puedes conducir por la carretera que se crea sobre el hielo del río.




Con esto os he situado en cuanto a Chukotka, pero ahora vamos con lo que quería contar. Con el fin del mandato del primer presidente (más o menos) democrático de Rusia, Boris Yeltsin, algunos de los oligarcas rusos que habían hecho fortuna con las privatizaciones de empresas estatales, cogieron miedo a ser llevados ante los tribunales por delitos económicos. Uno de ellos era un conocido de los aficionados al fútbol: Roman Abramovich, el dueño del Chelsea FC. El amigo Roman es la 5ª fortuna de Rusia, y ocupa la 50ª posición entre las personas más ricas del mundo. Hizo su fortuna mediante una empresa petrolífera, las privatizaciones, y las triquiñuelas propias de los países corruptos. El nuevo presidente, Vladimir Putin, aconsejó a Roman Abramovich que, para ahorrarse problemas, necesitaba tener un cargo electo, y así conseguir la inmunidad parlamentaria que le permitiría dormir tranquilo.


En el año 2.000, un grupo de ejecutivos de grandes empresas de Alaska se reunieron con Roman Abramovich y le hablaron de las "grandes posibilidades" de desarrollo que tenía la región de Chukotka. Era un trato bueno para todos: Abramovich conseguía la inmunidad y, al mismo tiempo, podía hacer negocios con las empresas de Alaska, muy interesadas por su lado, en poner un pie en una región que tenían cerca, pero a la que siempre se les había impedido la entrada. Sólo había una obstáculo, pero: Chukotka ya tenía un gobernador, y no tenía ninguna intención de dejar el cargo. Alexander Nazarov era el gobernador de Chukotka desde el 1.988 y actuaba en la región como un dictador, manteniendo la sociedad anclada en el más duro estalinismo mientras que (se sospecha) él y sus secuaces desviaban fondos públicos para comprarse propiedades en EE.UU.


Curiosamente, la autoridad fiscal rusa abrió una investigación contra Nazarov justo antes de las elecciones (mira que es curioso el azar, ¿verdad?). El "Pequeño Stalin" se vio obligado a retirarse y Roman Abramovich ganó las elecciones con más del 90% de los votos. Bueno, y ahora qué? Es necesario que el Gobernador viva en el territorio gobernado? Cuando se dispone de una mansión en el barrio londinense de Chelsea y uno de los yates más lujosos del mundo, la respuesta estaba cantada: ¡No!

Un representante del Ayuntamiento de Providenie, un pueblo costero de Chukotka, recuerda la primera vez que Abramovich visitó el pueblo: Acababan de sufrir una época de gran escasez, incluso alimentaria, debida a una ola de frío tan dura que había hecho imposible cualquier aprovisionamiento de suministros o víveres. El pueblo estaba en una situación deplorable, y Roman Abramovich hizo una visita en helicóptero. Se entrevistó con los responsables municipales y a continuación se volvió a subir al helicóptero. Antes de despegar dio la siguientes instrucciones: Había que construir inmediatamente en Providenie una nueva escuela, una central eléctrica, una clínica, y casas nuevas para los habitantes. Y así se hizo! La otra cosa que pidió antes de despegar con el helicóptero fue una botella de vodka, pero no para beber sino ... para desinfectarse las manos!

Pero sea como fuere, la inversión que hizo durante aquellos 4 años en Chukotka fue impresionante. Invirtió dinero público, y el dinero de su fortuna personal! Hasta 925M € de su bolsillo invertidos en infraestructuras, escuelas y hospitales en el distrito de Chukotka. Hasta que llegó el año 2005; final de mandato. Abramovich ya estaba cansado de jugar a "Melchor, Gaspar y Baltasar visitan Siberia" y decidió no volverse a presentar al cargo de Gobernador. Pero he aquí que recibió una llamada del Presidente Putin. No se sabe qué argumentos utilizó, pero le convenció para que se presentara a la reelección. Debo seros franco; a mí, si me llama Putin, con esa pinta de asesino frío y despiadado (recordad que era Mayor del KGB), me convence de lo que él quiera!

Total, que la gente de Chukotka tuvo Abramovich durante 4 años más. Bueno, sería más exacto decir: votaron Abramovich por 4 años más y, y tanto si lo votaron!! Ganó con un 97% de los votos. Y es que Roman Abramovich es prácticamente una deidad en Chukotka! Finalmente en 2009 plegó como Gobernador aunque aseguró que mantendría todas las inversiones particulares que había hecho. Y cuál ha sido el resultado? Pues que en 8 años el PIB de la región se ha doblado, los ingresos de los habitantes se han triplicado, y el sueldo medio de los trabajadores se ha multiplicado por 5. Se han hecho escuelas y hospitales nuevos, se han construido cientos de viviendas nuevas y se han rehabilitado un número similar. Se ha reconstruido completamente el aeropuerto de Anadyr, que ahora sería equiparable al aeropuerto de cualquier pequeña ciudad europea. En resumen, Chukotka ha cambiado completamente.
 
Y aparte de la inmunidad parlamentaria para Abramovich, cuál ha sido el precio que ha tenido que pagar la gente de Chukotka para tener esto? Pues de entrada que la actividad minera y petrolífera haya quedado controlada por las empresas de Abramovich o las que él ha designado (os acordáis de unos "desinteresados​​" ejecutivos de empresas de Alaska ... acertásteis!). Pero, sinceramente, viendo la dictadura a la que habían sido sometidos la gente de Chukotka (y especialmente la gente de etnia Chukchi), y la miseria del resto del Ártico Ruso, ya me perdonaréis pero.... Donde hay que firmar?

En la actualidad, en la era Post-Abramovich, Chukotka quiere continuar prosperando. Aparte de la ya consolidada actividad minera y petrolífera, ahora intenta también orientarse hacia el turismo ecológico. Lo tienen difícil, porque la infraestructura hotelera es mínima: 3 hoteles en Anadyr y para de contar. Pero el paisaje y los parajes naturales de que dispone Chukotka bien valen este esfuerzo! Tundra y bosque siberiano, naturaleza en estado salvaje, uno de los aires más puros del mundo y una fauna impresionante. Esperemos que lo consigan, pero la parte más difícil del camino ya lo han hecho, con la ayuda (totalmente interesada!) del dueño del chealse FC.



Por cierto, así como los Inuits o los Nenets nos han legado préstamos lingüísticos como las palabras Parka o Anorak, los Chukchi también han contribuido con.... un perro! Seleccionando los cachorros más fuertes y resistentes, los Chukchi crearon la raza de perros llamada Husky Siberiano !


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