domingo, 15 de marzo de 2015

El jardín del Sr. Rodionov


Por la mañana, al Señor Rodionov le gusta beber un café apenas se ha levantado. Si la temperatura lo permite, sale al porche de su casa con la taza de café para poder mirar su jardín y, si hace demasiado frío, desde dentro de casa, lo observa a través de la ventana.




El jardín de Anatoly Rodionov tiene unas dimensiones considerables: 150 km de largo y 125 km de ancho. Y es que el señor Rodionov es la única persona que vive durante todo el año en la isla de Wrangel, situada en el extremo oriental del ártico ruso.


La isla de Wrangel debe su nombre al explorador ruso, el Barón Ferdinand von Wrangel, que hizo tres expediciones a la isla (1821, 1822, y 1823) y en ninguna de las 3 ocasiones fue capaz de encontrarla. No fue hasta 1867 en que un ballenero norteamericano, Thomas Long, al descubrir la isla le puso el nombre del pobre Barón fracasado. Decimos que Thomas Long la descubrió, pero sería más correcto decir que la descubrió para los occidentales; los Chukchi, los autóctonos de la costa siberiana más cercana a la isla Wrangel, conocían la isla desde siempre. Finalmente, a principios de siglo XX, los rusos reclamaron como suya la isla Wrangel, estableciendo un asentamiento durante los años 20, y una base militar del Ejército Rojo durante los 60's.


Fue precisamente durante los años 20 que la isla fue protagonista de una operación de rescate que duró 4 años! En 1926, los soviéticos enviaron una expedición a la isla con víveres para 3 años. La llegada a la isla fue relativamente fácil ya que, durante el verano, el hielo había permitido la navegación hasta Wrangel. Lo que no sabían los expedicionarios es que aquel verano, el mar había estado anormalmente libre de hielo. Durante los siguientes años, el hielo impidió el acceso de cualquier barco, y en 1929, 4 años después del desembarco, se sospechaba que los expedicionarios deberían estar en una situación dramática, o incluso muertos de inanición y frío. Se organizó una nueva expedición de rescate con un barco rompehielos, el Fyodor Litke al que, más que "rompehielos" deberíamos llamar "cortahielos". En lugar de romper el hielo por encima, como hacen normalmente todos los rompehielos, el Fyodor Litke tenía una proa afilada que cortaba el hielo como si fuera un cuchillo.


En septiembre de 1929, el "cortahielos" Litke conseguía llegar a Wrangel después de innumerables vicisitudes y rescatar, en unas condiciones dramáticas, aunque todavía vivos, todos los expedicionarios llegados a la isla en 1926. Esa hazaña convirtió los expedicionarios y los tripulantes del Fyodor Litke en unos de los primeros héroes soviéticos del ártico.

Y llegamos al año 1976, donde comienza la historia con la que empezábamos este post: el señor Anatoly Rodionov. Aquel año, el gobierno soviético designó la isla Wrangel como Reserva Natural. No es que los rusos tuvieran una gran conciencia ecológica; pensad que tanto el asentamiento como la base militar ya habían sido abandonados, y Wrangel no podía ofrecer ningún tipo de recurso. Así pues, se prohibió el acceso a la isla y se designaron un grupo de guardas o "rangers" para vigilar la isla y proteger su flora y fauna.


Anatoly Rodionov pertenece a la última de estas promociones de Rangers y, actualmente, es el único de los 4 Rangers de la isla que pasan todo el año. Los otros 3 Rangers sólo pasan unos cuantos meses, normalmente para acompañar las expediciones científicas que llegan a la isla durante el verano. El bueno de Anatoly vive su trabajo con pasión y un alto grado de responsabilidad. Tan grande es su sentido del deber que, cuando su mujer lo puso ante el dilema: "la familia o el trabajo", el Ranger eligió Wrangel! Como son las mujeres! A quién se le ocurre no querer vivir aislados en una isla de tundra ártica con temperaturas de -50º y rodeados de focas y osos polares!


Entre las funciones de Anatoly, está el control y conteo de la fauna salvaje, acompañar turistas y expediciones científicas y, además, otra muy particular. Anatoly Rodionov se encarga, con mucha paciencia, de ir desguazando los escombros y desechos que quedaron tras el desmantelamiento de las bases militares. Poco a poco, este hombre va cortando, separando y apilando toda la chatarra que quedó atrás cuando se fueron los militares: blindados, camiones, barracas y bidones. Durante años y años se ha encargado de evitar derrames contaminantes, y minimizar el impacto de los desechos a medida que limpia y apila. Recuerdáis la película de animación del robot Wall-e? Pues Rodionov es el Wall-e de la isla Wrangel!


La isla es el paradigma de lo que es la tundra. Kilómetros y kilómetros de llanuras y colinas donde sólo crecen hierba, musgo y algún pequeño arbusto. La fauna es una muestra de lo que habían sido las estepas heladas de Eurasia: zorros y lobos árticos, focas y morsas, bueyes almizcleros, gran cantidad de pájaros árticos y, sobre todo osos polares. De hecho, es el punto del planeta con mayor densidad de osos polares!



Lo más curioso de todo es que, por el hecho de estar en el extremo, noreste del continente euro-asiático, la isla de Wrangel se ha convertido en el último reducto de especies que se han ido extinguiendo paulatinamente de Europa y Asia. El caso más sorprendente es el del mamut. Sí, el elefante peludo de la prehistoria! En la isla Wrangel vivieron los últimos ejemplares de mamut hace sólo 4.000 años; es decir, subsitieron aislados en Wrangel durante 6.000 años después que estos paquidermos desaparecieran de Europa. Para que os hagáis una idea: En Egipto ya iban por la 11ª dinastía de los faraones, y en Wrangel aún vivían mamuts!


Ahora sin embargo, por desgracia, los delirios megalómanos del actual presidente ruso, Vladimir Putin, han hecho que vuelva a haber movimiento en la isla de Wrangel. El año pasado se inauguró una nueva base militar, consistente en una serie de barracones prefabricados y un aeródromo. Las aspiraciones rusas en el ártico han provocado que Anatoly Rodionov no pueda tomar su café de la mañana tan tranquilo como hace un tiempo!


Paralelamente, la isla también se ha abierto a un turismo controlado. Se pueden hacer cruceros como el de Heritage Expeditions para visitar la isla y conocer su fauna a bordo de un barco científico. Si os interesa ya podéis correr porque, por lo que se ve, quedan pocas plazas para 2015!

Sobre la isla de Wrangel también hay una dramática leyenda de la que no se sabe si es verdad o no. Durante la segunda guerra mundial, el conocido diplomático sueco Raoul Wallenberg salvó miles de judíos de Budapest de los campos de exterminio nazis. Cuando los soviéticos liberaron la capital húngara, Wallenberg desapareció misteriosamente y nunca más se supo. Aunque formalmente nunca hubo ningún campo de prisioneros soviético en Wrangel, algún judíos rusos que emigraron a Israel han declarado que estuvieron recluidos en Wrangel y que coincidieron con Wallenberg a principios de los 60. Pero eso ya son misterios que probablemente quedarán enterrados bajo el hielo de la isla Wrangel para siempre!

Esta entrada no habría sido posible sin la inestimable ayuda de Jordi Fontbuté. Gracias por la idea y las fuentes!


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