jueves, 5 de marzo de 2015

Siguiendo la Cruz del Sur con Su Graciosa Majestad (3)

Un lugar remoto de verdad, poco poblado y alejado de cualquier ruta. Hoy, en la tercera etapa del recorrido por el Atlántico Sur, visitaremos la isla Tristán da Cunha! Bienvenidos al paraíso de las "geografías remotas"!



Situaros; ahora estamos 2.400km más al sur que Santa Helena y Sudáfrica y Brasil están, ambas, a 3.000km de distancia. Es decir que, si quieres ver una cara que no sea la de alguna de las 296 personas que viven contigo a Tristán da Cunha, debes viajar 2.400km . Os parece mucha distancia? Pues esperad porque aún no os he explicado en qué condiciones se debe hacer este viaje!

Volvemos a estar en una isla volcánica, pero a diferencia de las otras islas, Ascensión y Santa Helena, el volcán de Tristán da Cunha llega hasta los 2.000m y, como veréis más adelante, todavía está activo. Así pues, tratándose de una isla más o menos pequeña (10km de punta a punta), un volcán de estas dimensiones monopoliza casi toda la isla. Hay un único pueblo: Edinburgh of the Seven Seas, donde se concentran los 297 habitantes de la isla. Al ser la única población, sus habitantes no pierden el tiempo pronunciando "Edinburgh-of-the-seven-seas" y lo llaman simplemente "The setlement" (el asentamiento). Aparte de la propia isla Tristán da Cunha, hay 3 islas más en las proximidades: Inaccesible Island y Nightingale, ambas deshabitadas, y Gough Island, con una pequeña base científica habitada temporalmente.


La historia de la isla deja muy claro el porqué de su aislamiento. La isla la descubrió el navegante portugués Tristán da Cunha en 1506, y le puso su propio nombre. Pero viendo que su descubrimiento no parecía muy interesante, ni siquiera puso el pie en él. Podríamos llamarlo un "descubrimiento express". Tendrían que pasar 100 años hasta que alguien pisara Tristán da Cunha y 250 hasta que alguien investigara la isla mínimamente.

En 1810 aparecen en la isla 3 "sonados" (después se le añadiría un cuarto) con la intención de poblar la isla, pero dos años después, sólo uno de ellos, Tomasso Corra, permanece vivo haciendo de granjero. Su tranquilidad (dile tranquilidad, o dile soledad extrema) se termina cuando, como ya hemos visto en el pasado post, se establecen en la isla soldados británicos para prevenir un intento de rescate de Napoleón de la vecina Isla Santa Helena.

Así pues, no es hasta el siglo XIX que Tristan se empieza a poblar. En torno al destacamento militar, y teniendo en cuenta que la isla es un punto de abastecimiento para los barcos que cruzan el Atlántico Sur, se va creando una pequeña comunidad civil, que también va creciendo con supervivientes de naufragios que van a parar a las playas de Tristán da Cunha. De hecho, a día de hoy, los 297 habitantes sólo tienen 8 apellidos diferentes, y entre ellos están los Lavarello y Repetto, descendientes de marineros italianos llegados a la isla después de que su barco se hundiera cerca de la isla.



Con la apertura del canal de Panamá y la generalización de los barcos de vapor, el uso como punto de parada de los barcos pierde todo el interés, y tan sólo el establecimiento durante la segunda guerra mundial, de una base ultra-secreta de vigilancia de submarinos nazis mantuvo un poco de "vidilla" en la isla.

Y nos plantamos en el año 1961, momento en el que el Queen Mary's Peak, el volcán de la isla, se le antoja empezar una erupción. En agosto de aquel 1961, se notaron pequeños terremotos y el volcán comenzó a humear. Cuando, con uno de los terremotos, se abrió una gran grieta a pocos metros del faro de la isla, los Tristanians fueron conscientes de que corrían peligro y que no podían permanecer ni un minuto más en la isla. No tuvieron tiempo de coger nada más que unos cuantos víveres y materiales para hacer un refugio improvisado; los 264 habitantes de la isla tomaron los botes y cruzaron la veintena de millas que los separaban de la deshabitada Inaccesible Island. Al día siguiente, el buque mercante holandés Tjisadane, que se dirigía hacia la isla después de haber oído la llamada de socorro, rescató los Tristanians que habían pasado prácticamente la noche al raso tras su huida a toda prisa. No hubo tiempo para más. El barco holandés les llevó directamente hacia Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Unos días después llegaba a Tristan da Cunha un barco británico para constatar que la lava estaba arrasando campos de cultivo, pastos y, sobre todo, la factoría de langostas, la gran fuente de ingresos para los habitantes de la Isla. Recogieron algunas pertenencias de los isleños y, dejando todo el ganado, volvió a zarpar hacia Ciudad del Cabo.




De Ciudad del Cabo, los Tristanians fueron trasladados a Inglaterra, primero a unas barracas provisionales y poco después a la antigua base aérea de la RAF de Calshot, al sur de Inglaterra. La mayoría de habitantes vieron por primera vez cosas como unas escaleras mecánicas o un autobús de 2 pisos! En el verano de 1963, 2 años después de la erupción, una expedición de la Royal Geographic Society certificó que las condiciones eran mínimamente aceptables para volver a vivir en la isla. Los Tristanians no se lo pensaron dos veces, y en noviembre de ese año, todos los habitantes volvían a estar en su amada Tristán da Cunha, incluyendo los maridos ingleses de 4 de las chicas de Tristan y que se habían casado durante el exilio forzado .



Un punto muy peculiar de la isla es su economía y organización social: La isla es como una gran cooperativa. Todos tienen el mismo número de cabezas de ganado y las tierras de cultivo son comunales. La gente, aparte de hacer de granjeros, trabajan en la factoría de langostas (reconstruida después de la erupción de 1961, y otra vez después de un incendio hace un par de años) o la administración pública. Así nadie tiene más posesiones que el otro, y también se evita que un exceso de ganado agote los pastos de Tristán da Cunha. Además, hay que tener en cuenta que la isla es totalmente autosuficiente, a diferencia, por ejemplo, de Santa Helena. La factoría de langostas tiene un contrato exclusivo para suministrar producto al mercado Japonés y esta fuente de ingresos, junto con la venta de sellos (muy raros y buscados por los coleccionistas), aseguran a los isleños el mantenimiento de un "estado del bienestar "que implica tener un médico y una enfermera" residentes" (cuánta gente se debe presentar para ocupar la plaza?) con un hospital con 4 camas, una escuela, policía (cuerpo formado por 1 agente y 3 voluntarios) y oficina de correos, todo gestionado desde "Whitehall", que es como los isleños llaman el único edificio de dos plantas de la isla y que alberga la administración pública.



Otro aspecto curioso de Tristán da Cunha es el hecho de que, como los 15 primeros pobladores civiles de la isla, 3 tenían asma, el aislamiento genético ha hecho que actualmente gran parte de la población sea asmática. Y es que, como os comentaba antes, sólo hay 8 apellidos en la isla: Glass, Green, Hagan, Lavarello, Patterson, Repetto y Swain. Y es también este aislamiento lo que ha configurado el Tristanian, el curioso dialecto del inglés que se habla en Tristán da Cunha: Se trata de una mezcla entre el inglés del siglo XIX, el italiano y el afrikaans.

Jornada de portes obertes a l'escola (setembre 2014)

Y como se puede llegar a Tristán da Cunha? Me puedo imaginar que estáis impacientes por poderos organizar unas vacaciones en Edinburg of the Seven Seas! Pues bien, tiene 4 barcos diferentes que, entre todos, acaban pasando 9 o 10 veces al año por la isla. El problema es que Tristán da Cunha no tiene un puerto donde pueda atracar un barco. Los buques se acercan a la isla y una barcaza traslada pasajeros, mercancías y maquinaria hacia la isla. Una vez en la isla, no hay ningún hotel, pero los isleños alquilan habitaciones o casas como un Bed & Breakfast y, se ve, que la hospitalidad es absoluta. Los locales también os harán de guías para poder visitar la isla y os ayudarán con todo lo que necesitéis. La zona comercial de The Settlement lo configuran la oficina de correos, que también hace de Oficina de Turismo, y el "Supmarket" o "Island Store", que es la única tienda en 2.500km a la redonda.




Y qué se puede hacer una vez en Tristán da Cunha? Pues disfrutar de unos paisajes espectaculares, trekking por Queen Mary's Peak, ver una fauna única en el mundo, especialmente aves y pingüinos y, sobre todo, disfrutar la experiencia de sentirse, por unos días, parte de una de las comunidades más remotas del mundo!


 
Toda la información turística y práctica se puede encontrar en este enlace. Es la web oficial de la isla y que sirve para informar a los posibles visitantes, pero a la vez suministra toda la información del día a día a los propios isleños. Aprovecho también para colgar os este vídeo donde podréis ver cómo es el día a día de la vida en la isla.


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