lunes, 2 de marzo de 2015

El Reino de Lo: lamas, yaks y la CIA (2)


El interior de la ciudad amurallada de Lo Manthang está formado por un conjunto de calles estrechas y oscuras, similares a las de una Kasbah de alguna ciudad árabe. Los edificios están construidos con el estilo tradicional tibetano: las casas tienen las paredes extremadamente gruesas (y ligeramente inclinadas), con los techos planos en los que se acostumbra a dejar secar cereales, leña y, especialmente, excrementos de yak. Y es que frente a las dificultades para obtener leña (en Mustang, al  igual que en el Tíbet crecen muy pocos árboles), se utilizan los excrementos de yak secos como combustible para el fuego.



Tiene que ser la "bomba" beberse un delicioso té tibetano (considerada por mucha gente como una bebida asquerosa hecha con té, mantequilla de yak y sal) mientras hueles el perfume de los excrementos de yak ardiendo! Pero esto es lo que hay cuando una cultura tiene que adaptarse a un entorno tan duro y hostil como el Himalaya!


Eso si, los habitantes de Lo Manthang son extremadamente hospitalarios. Explican los primeros occidentales que pudieron acceder al Reino de Lo, cuando todavía no había ningún tipo de alojamiento para viajeros, que siempre había cola de gente deseando ofrecerse para alojarles en su casa.

El punto neurálgico de la ciudad es el Palacio Real. De hecho, formalmente, el Rey ha perdido su título desde que Nepal, hace pocos años, perdió su monarquía para convertirse en república. Hasta ese momento, el Rey de Lo era vasallo del Rey de Nepal. Pero pese a los cambios formales, el Rey de Lo continúa manteniendo el título oficiosamente, y continúa siendo una persona muy respetada en todo Mustang. El último rey formal de Mustang fue Su Majestad Jigme Dorje Palbar Bista, que reinaba desde el año 1964. Era descendiente directo de Ame Pal, el fundador del reino. El hijo de Palbar Bista murió siendo joven así que, cuando el rey abdicó, lo sucedió su sobrino, Ashok Bista, aunque solo a título no-oficial. Este último, Ashok Bista, ha recibido una educación occidental, habla perfectamente inglés, y está luchando para ayudar a la modernización de "su Reino".


Pero Mustang siempre ha sido un Reino pobre, y su rey no es una excepción. Era, y continúa siendo, frecuente que el rey recibiese a los turistas y visitantes que llegaban a la capital, y como en cualquier casa rural tibetana, era normal que las gallinas campasen por la casa, ya que ahí se estaba mucho más calentito que en el corral. Así pues, no era de extrañar que, al ser recibido por el Rey de Lo, al querer sentarse para la audiencia con Su Majestad, tuvieses que apartar del asiento una gallina que te miraba desafiante. Ahora, pero, las condiciones han cambiado, y aunque el anterior rey, Palbar Bista, todavía vive y continúa recibiendo visitantes en palacio, las gallinas han desaparecido, y la sala dónde tienen lugar las recepciones tiene un aspecto, digamos, más regio.


Y la CIA? Qué pinta en Mustang la CIA?

Cuando en el año 1950, el ejército chino invadió el Tíbet, el ejército regular tibetano no pudo oponer ningún tipo de resistencia. Durante los años posteriores se crearon pequeños grupos de resistentes, básicamente formados per guerreros khampas, es decir, de la región tibetana de Kham.

Los Khampas son gente de complexión fuerte y se podría decir que ligeramente belicosos. Tradicionalmente, los bandoleros que asaltaban a los viajeros en caminos remotos del Tíbet eran bandas de Khampas que complementaban los ingresos familiares haciendo "trabajitos extras fuera de casa". Y fuesen bandoleros o no, en Lhasa (la capital del Tíbet) se decía que lo peor que podías hacer en una taberna era molestar a un Khampa; les gustaba beber mucho Chang (cerveza tibetana) y siempre llevaban en su cintura su bien más preciado, su puñal; o sea que lo mejor era tratar de pasar desapercibido.



Queda claro, pues, que los Khampas nunca han sido "Hermanitas de la Caridad". Así pues, con la ocupación y la brutalidad china, muchos Khampas acabaron convirtiéndose en guerrilleros y empezaron a efectuar pequeños ataques aislados contra el ejército chino, aunque siempre con un estilo al que podríamos clasificar como "amateur": armas propias del siglo XIX y fanfarronería tabernaria.

Pero resulta que la CIA creó un plan para tratar de desestabilizar el régimen comunista chino. 1.500 guerrilleros Khampas fueron trasladados a Camp Hale, Colorado, donde fueron entrenados militarmente y armados con armamento moderno. Posteriormente se estableció una base desde la que operar en acciones de guerrilla contra el ejército chino. Había que encontrar un sitio fuera del Tíbet, cerca de la frontera, pero que estuviese en la cara norte del Himalaya (de manera que no hiciese falta cruzar puertos de gran altura cada vez que se realizase una misión). Y cual podía ser este sitio? Evidentemente, el Reino de Lo, el Mustang.




Se estableció una base (más o menos) secreta, que los Americanos iban abasteciendo con todo lo necesario. Viendo la situación de inestabilidad que eso creó en la región, el gobierno Nepalí decidió cerrar el acceso al Mustang para los extranjeros. Tan solo un francés, Michel Peissel (sí, el mismo que había remontado el rio Kali Gandaki en hovercraft), obtuvo, ni él sabe cómo, permiso para acceder al Mustang durante los años 80, y pudo entrevistarse con los pocos guerreros Khampas que todavía quedaban operando en la zona.

Y es que durante los años 70, con la mejora de las relaciones entre China y los Estados Unidos, la CIA canceló el programa militar con los guerrilleros Khampas, y les ofreció dinero y tierras en India con tal que dejasen la actividad. Tan solo unos cuantos decidieron continuar una lucha que se reducía ya a pequeñas escaramuzas.

Por fin, en el año 91, con la total desaparición de los últimos guerrilleros, que se habían refugiado en las comunidades de tibetanos en el exilio de la India, el gobierno Nepalí decidió reabrir el acceso al Mustang, pero eso sí, cobrando una tasa diaria para tratar de evitar una masificación turística que pudiese dañar el ecosistema y las formas de vida tradicionales de los Lhobas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario